sábado, 30 de agosto de 2008

UN PERÚ DE PAPEL

Un Perú de Papel , es un escrito de Cesar Hildebrant, hecho con la espontaneidad, seriedad y "libertad" a la que nos tiene acostumbrados, un texto que resalta los puntos fuertes y debiles de nuestra nacion y sociedad. Algo que este blog persigue desde hace mucho. Luego de leerlo me veo en la obligacion de publicarlo, esta demasiado bueno.




Como habrán notado algunos, esta columna hace tiempo que no comenta las babosadas de la caverna.

¿Que la Comisión de la Verdad es una conspiración caviar? Que lo sigan diciendo. La gente no les hace caso. El país está en otra. Los giampietris no son ni, por asomo, importantes.

¿Que Fujimori es honrado y patriota? Que Saravá siga diciéndolo y que su rostro siga siendo el logotipo moral del fujimorismo. No hay que contestarles porque sería de pésima educación.

¿Que la ley de la selva debió de aprobarse y que su rectificación será vista como una claudicación por los inversores? Que “El Comercio” lo siga escribiendo en esos editoriales que tose Huguito Guerra y corrige el fantasma sin cabeza de Sánchez Cerro.

¿Que la felicidad está a la vuelta de la esquina gracias al manejo económico a cargo del hampa de Eisha que federó Kuczynski y heredó, gustosamente, el doctor García? Que algún diario de los Agois lo diga no significa nada. Total, los Agois son, como se sabe, la viruta tenaz de Luis Banchero Rossi.

¿Que el chavismo y el humalismo encienden la pradera y que si no fuera por ellos la paz del Perú sería absoluta? Que lo diga algún Wolfenzonzo no debería alterar a nadie. El sur se pronuncia a su manera, la selva deroga una ley hecha para los madereros de Chile, los de abajo no se la creen.

En el fondo, como dijo Abelardo Oquendo en su versión de Pedro Rojas el día que “La Crónica” dejó de ser de la familia Prado, “la derecha es un tigre de papel”.

Y con papel impreso quieren aturdirnos. De papel es el país inventado donde Alva Castro es una autoridad respetable, Vega Llona un intelectual, García un estadista, el Perú un tigre asiático camino al primer mundo, la minería un gran contribuyente, Keiko Sofía una gran dama y así por el estilo, todo cambalacheado y al revés, patas arriba y de contra, acangrejado y tornasol.

Este Perú pirata que la derecha ha levantado dominando la escena de los medios, no es el real. Y lo que va a suceder, como ha pasado cada treinta años, es que va a llegar el día en que esa verdad calumniada por la ficción de la caverna va a encontrar la manera de imponerse.

Y se impondrá.

Así se reúnan veinte mil giampietris vestidos de blanco (primero) y rojo (después de la tarea).

Así “El Comercio” tenga una rabieta y los Agois una rabietita.

Así las radios claves griten en clave de sol.

Porque a la derecha peruana le pasará siempre lo mismo que a sus ancestros guaneros: hará negocios pero no país, plata pero no nación, fortuna pero no cimientos, bonanza pero no futuro.

Si la llamada “prosperidad falaz” del guano nos dejó corrupción y deudas, ¿qué nos dejará esta bonanza metálica que tiene fecha de caducidad?

No sé, desde luego, qué nos dejará. Creo saber, sin embargo, qué no nos dejará.

No nos dejará un Estado arbitral tratando de reducir las peores inequidades.

No nos dejará un país amistado, longitudinal y transversalmente. El hecho de que sigamos llamando “nativos” a quienes pueblan la selva que no miramos y que es el 70% de nuestro territorio, da una idea del fracaso peruano como proyecto de Estado-nación. El hecho de que mucha gente siga pensando que los asesinados de Putis no son semejantes sino miembros de una ciudadanía degradada que habita las alturas, es otra huella de esta desgracia desintegradora.

El Perú es, potencialmente, una Yugoslavia andina. Está pegado con las babas del diablo y el terokal del centralismo represivo y, a diferencia de la Yugoslavia de Tito, carece de un centro real. Y la derecha de papel cree que domina la situación porque sus periódicos se lo dicen y sus televisiones se lo paporretean. Está segura, además, de que el consuelo de la caridad –vaso de leche, juntos, sembrando, toda esa porquería “altruista”- resultará suficiente para calmar las hambres y parar las rabias.

Si la política peruana no se renueva, si los partidos no se adecentan, si la perplejidad sigue paralizando a los buenos y la impunidad alentando a las sabandijas, el Perú sabrá lo que es violencia. Y no sólo sabrá. Quizá sea que la merecerá.

domingo, 17 de agosto de 2008

Lindos Sentimientos (4)

Daniel despierta, es su segundo día en Golden Lake. Todo le parece tan diferente, la forma en que el sol penetra la ventana y le da en la cara, el olor del frío en ese invierno insoportable, y el sonido de las personas descongelando sus autos. Son las 8.30am. Está muy cansado. Cierra los ojos, los abre de nuevo. Son las 10 am.

Ya está totalmente repuesto. Da un brinco para salir de su cama y un fuerte sonido lo asusta. La casa es de drywall, cuando brincas todos se enteran. Decide no bajar, prefiere empezar a desempacar y ordenar su ropa en los cajones que le habían asignado. Va sacando polo tras polo, pantalón tras pantalón, camisa tras camisa, la camisa a cuadros azul le recuerda a Romi, ella se la dio el día de intercambio de regalos del club de natación hacía ya mas de 1 año.

Prefiere no pensar en ella, sigue ordenando la ropa y de vuelta el pensamiento de Romi. Decide bajar para no pensar. Antes de llegar a la escalera, pasa por un cuarto del que sale un ruido realmente tormentoso. Era Natalie, se preparaba para ir a la universidad. Lo saluda con una sonrisa y le dice que su mama lo está esperando abajo, porque quiere que la acompañe a Wall Mart. Daniel asiente con la cabeza sin la certeza de haber entendido el mensaje completo. En la sala estaba Catherine haciendo una lista de las cosas que debía comprar. Todo parecía tan raro. Daniel sentía que había sido incluido de repente en una película de corte americano-clase mediero ,y de bajo presupuesto. Cathy le dice que se sirva su desayuno. –Hay jugo y leche le dice- - Uy que rico, igual que en casa-. Mentira, el jugo tenía mas preservantes que un panetón de dos navidades, y la leche con un sabor rancio que se hacía imposible de tomar. Cathy le ofrece un plato con un sándwich de pavo que le había dejado preparado. Él lo acepta cortésmente y se lo come con una voracidad increíble.

Wall Mart resultó ser más divertido de lo que parecía. Cathy conocía mucha gente a quienes Daniel fue presentado, pero nadie de su edad. Luego supuso que todos los de su edad se encontraban en el colegio. Llego a casa, entre las canciones de Juan Luís Guerra y los cuentos de Cortázar, se pasó el tiempo como volando. Llego Nathan. Al fin alguien con quien conversar. Nathan le dijo que ya habían hecho las gestiones para poder incluir un alumno mas en la escuela privada a la que él asistía. Le comentaba que todos los días debían ir con camisa y corbata, algunas reglas y formalidades al momento de conocer gente. –Acá en “America” cuando conoces a alguna chica no se da beso, se da la mano- -Oh Ok Ok Ok- . Llego la noche y con ella Chris y Natalie, los hermanos mayores de Nathan, el primero venia de su trabajo en un banco local, y Natalie de la clase de microbiología que dice odiar mucho. Como a las 11pm llegó Luke, de unos cincuenta y tantos, corpulento, mirada triste, y voz de gran frecuencia. La cena esta servida. -Pavo otra vez, encima hervido, bah al menos no esta rancio-.

Daniel abre los ojos de un susto, se da cuenta que Nathan lo acababa de despertar. Pero todavía es de noche dice con su ingles masticado. Si pero el colegio esta a una hora de aquí. –Una Hora!!! Donde diablos estamos, en Marte?!!!- Nathan se ríe y le recuerda de nuevo que andan un poco retrasados. Daniel se baña a la velocidad de la luz, busca uno de los pantalones que le compró su madre, camisa blanca corbata roja, la de la prom de Romi, y sale raudo. Mientras baja las escaleras se hace mil preguntas. –como nos iremos?- - habrá movilidad?- - Fácil tiene carro como Kevin Arnold- -No tengo mochila, ni cuadernos, estará bien?- - Tendré casillero?-

Para entonces ya estaba dentro de un auto, un Ford Focus del 2003. Si, Nathan tenía auto y era realmente paja. Nathan le comenta que normalmente llega al colegio en 40 minutos pero que como era invierno, la nieve hacia el viaje más difícil y peligroso, por lo que tenía que manejar un poco lento.

Para cuando llegaron, ya no estaba oscuro. Había chicas y chicos uniformados elegantemente en la puerta, conversando en las bancas, en los autos. Nathan le cuenta que si bien los breaks, almuerzos y horas libre son en común, son 2 colegios totalmente diferentes, uno de chicas y otros de chicos.
Daniel baja del auto siguiendo a Nathan, pensando que la primera impresión es la que cuenta, Le presentan a cerca de 20 personas, para cuando termino de saludar a la ultima, que era una chica muy guapa, ya había olvidado el nombre de todos.