jueves, 21 de febrero de 2008

El Nadador que cambió al nadador.

Daniel llevaba mucho tiempo nadando, preguntandose que rayos podía hacer con la natación una vez que se acabe. Estaba en Buenos Aires por 2da vez en el año, Daniel odiaba tener que viajar sólo para entrenar, terminaba muy cansado, sin ganas de visitar ningun lugar. Terminaba de nadar totalmente desesperanzado, sabiendo que no lo iba llevar a nada. Odiaba el centro de alto rendimiento del Nacional, odiaba la piscina, odiaba al Argentino creído que tenía por entrenador. Todos estos pensamiento negativos se terminaron, y Daniel empezó a amar denuevo la natación cuando conoció a Pepe, la mejor persona de la que oyó hablar en Buenos Aires y conoció y llegó a admirar luego en Winnipeg. El único Campeón Mundial que llegó a conocer de cerca.

Forjado en madrugadas de sacrificio casi solitario, sus sueños moldeados en piscinas argentinas subieron al podio de la gloria de la natación mundial. Desde Moscú, el mensaje de José "Pepe" Meolans es tan diáfano como las aguas rusas que lo consagraron como el mejor en los 50 metros libre y el segundo en 100 metros libre del mundo.

¿Cuánto tiempo le costó llegar al Olimpo de los nadadores? Unos dirán escasos 21s36. Otros expresarán correr dos piletas de 25 metros, en 30 brazadas y 90 patadas. Que injusto sería creer eso, cuando lo suyo es un ejemplo de sacrificios, de levantarse a las cinco de la mañana, de hacer dos turnos matadores en la piscina, de pasar por el gimnasio y de tener al reloj como principal obsesión.

Daniel tuvo oportunidad de vivir en las villas de los Panamericanos de Winnipeg 1999. En ellas, observó permanentemente a este musculoso gigante de 1,96 metros de estatura, que nació el 22 de junio de 1978, en Córdoba, y al que le exigían medallas imposibles en esos momentos. Lo bautizaron "el fantasma de la madrugada", al verlo ir a entrenarse cuando todo estaba sumido en el silencio.

La primera vez que Daniel supo algo de José Meolans fue saliendo de la piscina, agotado de tanto entrenar, pero sus fuerzas volvieron cuando, al ver salir a José Meolans de la piscina del Nacional, un día a las 11, no pudo evitar sentir una mezcla de contrariedad y lástima. ¿¡Cómo!? ¡Este superdeportista tan grandote, saludable y exitoso, puede estar tan destruido!. Apenas podía tenerse en pie, jadeaba angustiosamente y, hasta para agacharse en busca de una toalla para secarse, hacía un gesto terrible de dolor. Así estaba José en ese momento, después de varias horas de su tremendo esfuerzo en la piscina. Y así estaría dos veces más en el día, pues la escena se repetiría cuando termine de hacer pesas en el gimnasio y, a la tarde, otra vez en la piscina.

Así, sobre la base de su propio esfuerzo y la sustentación de la familia junto a sus entrenadores y un reducido grupo de amigos Pepe evolusionó. Yo siempre sostuve que los logros de deportes comola natación son producto de esfuerzos individuales, nunca de una organización, porque quienes tuvieron y tienen la misión de conducir al país siempre han sido ciegos y sordos a su clamor.

Se pueden lograr cosas grandes. Aún frente a la competencia desigual, la ausencia de recursos, la burocracia que frustra, la corrupción que paraliza, los anuncios incumplidos, la demagogia que sube su discurso al carro de los ganadores, se puede.

Su lucha en soledad es la de millones de deportistas anónimos que todos los días apuestan a la esperanza. Nada es más fuerte que su voluntad, que su irrenunciable convicción. Ahí está el ejemplo de Meolans. Visible. Ahora sí, bañado de dorado, envuelto por el reconocimiento mundial.

Ahí está el nuevo rey de la natación, nacido en una escuela que no sabe de huelgas. Nutrido en aguas incontaminadas, que nunca conseguirán acorralar la ilusión.

Gracias Pepe por hacerme creer de nuevo. Pepe, el del la imagen de un introvertido, el del espíritu alegre, el enamorado de la natación, el apasionado, el del corazón sensible y tierno, el amigo leal, las aguas del planeta te saludan, mientras que las campanas de quienes luchamos y creemos en la pureza del deporte repican por ti.

2 comentarios:

Unknown dijo...

que importante es que alguien te de esperanzas en esta vida, mas bien, es indispensable.. kreo ke no todos tenemos esa fortaleza del campeon, pero cuando vez el esfuerzo y la dedicacion de los demas, cuando conoces de verdad a la persona de al lado, pues nos volvemos optimistas y perseverantes

Strokes of Love dijo...

Es maravilloso conocer personas que se esfuerzan cada dia al maximo por alcanzar sus sueños y ser el reflejo de esperanza y motivación para otros, personas que marcan la diferencia en un mundo indiferente trasmitiendo valores, sueños, que inspiran su vida a los demas!.