sábado, 26 de julio de 2008

CONCURSO DE BLOGS

jueves, 24 de julio de 2008

EL DISCURSO

Representa un verdadero honor para mi tomar la palabra en nombre de todos mis compañeros graduandos en esta noche tan especial. Es realmente complicado tratar de dirigirse a un grupo de personas con las que se han compartido importantes años de vida.

Hoy nos encontramos ante uno de los acontecimientos más trascendentales de nuestra existencia, un acontecimiento que constituye la materialización de muchos sueños, la consolidación de tantas esperanzas acariciadas durante los últimos años, la culminación de muchos esfuerzos y sacrificios de nuestra carrera universitaria

Durante todo este tiempo hemos crecido, no solo académicamente, sino por sobre todo, como seres humanos. Dudo que alguien pueda olvidar el momento de su ingreso a la universidad, o el nerviosismo de la primera clase, aunque no recuerden nada de ella

Hace algunos años, entramos a esta universidad y elegimos la carrera de arquitectura, desde entonces iniciamos un proceso de evolución y crecimiento constante reflejado en el cambio de nuestras expectativas de vida y el aprendizaje adquirido dentro y fuera de las aulas.

Y es que dentro de las aulas aprendimos muchas cosas, aprendimos que se pueden dibujar líneas rectas sin usar una regla, aprendimos que para diseñar se necesita escala, aprendimos a dibujar en computadora y a no depender de ella, aprendimos que el sol sale por un lado y se oculta en el otro, aprendimos que el día tiene mas de 24 horas y aprendimos que en realidad no sabíamos nada.

A veces aprendimos las mejores lecciones en los pasillos o en esas cotidianas conversaciones rumbo a clase, hacia la biblioteca o incluso de salida con nuestros amigos. Algunas veces el camino estuvo oscuro y quizá más de uno quiso renunciar y cambiarse de carrera, pero ninguno de nosotros lo hizo, logramos enfrentar y superar todas las dificultades que se nos presentaron a lo largo de este trayecto y hoy, que la nostalgia se apodera de nosotros, sin pensarlo, estamos aquí celebrando nuestra graduación

No puede evitarse, como dije hace un rato, sentir algo de nostalgia. Muchos recuerdos nos abordan en este momento, recuerdos que nos acompañarán por el resto de nuestras vidas. Algunos han encontrado entre los salones de clases el amor, otros se han ganado el respeto de sus compañeros, pero definitivamente todos y cada uno de nosotros ha dejado huella, no solo en la universidad, sino también en los demás.

El crecimiento económico y los aires de optimismo que abrigan nuestra realidad hacen que veamos el futuro con mucha ilusión.
Hay un mundo ahí afuera que está esperando por nosotros y abre infinidad de puertas a nuestro paso.

Hoy, dentro de un instante, nos habremos graduado, la universidad habrá quedado atrás y todos podremos ponernos a pensar sobre lo que han significado estos años, y a reflexionar sobre lo que nos espera a partir de este día. Sabemos que el camino puede ser duro a partir de ahora, y de hecho, lo va a ser. Pero podemos confiar en que la preparación que hemos recibido será la base de nuestros éxitos como profesionales y como seres humanos.

Sería mezquino decir que esta carrera la hemos hecho completamente solos, Es decir. No se puede dar un discurso de este tipo sin agradecer a algunas personas, de manera especial. Agradecer a todos los que han contribuido y han estado a nuestro lado apoyándonos de manera incondicional en cada etapa de la carrera

Creo hablar en nombre de todos los graduandos de esta promoción cuando digo que sin nuestras respectivas familias y el apoyo que nos han brindado, no hubiéramos llegado muy lejos en esta carrera de la vida. Ellos también deben haber sufrido los cansancios de nuestras amanecidas Ellos estuvieron ahí cuando ingresamos y están aquí hoy también. Sólo Dios sabe qué tan grande es la deuda que tenemos con ellos. De manera personal espero que lo que hemos hecho hasta ahora los haga sentirse orgullosos. Este momento debe ser solo el primero de muchos en los que poco a poco se vaya pagando todo lo que con esfuerzo, dedicación y sobre todo, con amor, nos han entregado. A todos ustedes debemos en gran medida encontrarnos aquí, de verdad, muchas gracias.

A nuestros amigos, los verdaderos amigos que sin pedirlo probaron su cariño y lealtad en los momentos más duros, en aquellos momentos en que tuvimos que luchar contra nosotros mismos para seguir adelante. Las conversaciones de madrugada, las risas y hasta las discusiones han creado un vínculo inquebrantable que nos mantendrá unidos de alguna manera, por el resto de nuestras vidas. Al igual que muchos de ustedes, tuve la fortuna de encontrar verdaderos amigos aquí, me llevo conmigo un sinnúmero de recuerdos valiosísimos y la certeza de que ellos al igual que yo, estaremos dispuestos a ayudarnos siempre.

A nuestros profesores, en todas y cada una de sus variantes. A aquellos profesores pacientes y preocupados por el aprendizaje de todos, gracias porque mientras íbamos haciéndonos más responsables e independientes nos dieron de su apoyo; a aquellos profesores menos pacientes: gracias por forzarnos a crecer y madurar; a aquellos profesores totalmente exigentes: gracias por buscar obtener lo mejor de nosotros y enseñarnos lo que somos capaces de hacer. Gracias a todos por dejarnos aprender de ustedes, por enseñarnos a tomar riesgos, a hacer de los temores oportunidades de crecer y sobre todo por ayudarnos a entender que para hacer grandes cosas primero hay que tener grandes sueños.

sEÑORES, hoy se va una generación impetuosa y trabajadora, de alumnos entregados que supieron hacer un derroche inteligente de energía y de talento, derroche que ha sido esencial para el crecimiento de todos y cada uno de nosotros.

Hoy egresamos y lo hacemos con la cabeza llena de motivos para trascender. Llena de motivos para seguir soñando.

Gracias.

sábado, 12 de julio de 2008

MI SOLEDAD Y YO

Soledad es escuchar afuera el ruido del tráfico, y no sentirlo porque el interior de uno hace demasiada bulla.
Soledad es lo que se siente cuando recibes una buena noticia y no tienes con quien compartirlo
Soledad es lo que se siente cuando después de un mal día no tienes con quien llorarlo
Soledad es sentirse solo, y hacerse un nudo en la garganta cada vez que se acuerda
Soledad es levantarse, vestirse, arreglarse, abrir la puerta y no tener con quien salir.
La soledad duele, y duele mucho
La Soledad es el beso imaginario que se le da la sombra de quien se ama …y que ya no esta.
Soledad es despertarse un sábado en la mañana y no tener a quien llamar
La soledad es esa absurda paradoja que hace que nos encontremos con nosotros mismos para valorar a los demás.
la soledad es dura y fria como un espejo en donde ves tu realidad
la soledad no se llora, se aguanta
la soledad no la llamas, solo aparece sin avisar

miércoles, 9 de julio de 2008

SIN DAÑOS COLATERALES

Hacía un segundo Daniel la pensaba como la luz de sus días, la niña que entraría de forma refrescante en ese absurdo camino de la vida
Hacía un segundo la veía en su mente, dulce y tierna, como si la vida tratara de enrevesadas historias que terminan en besos intensos y todo lo demás.
Recuerdo como si fuese ayer la primera vez que la vi, llevaba un conjunto jean, chompa azul y un semblante muy arisco.
Compraba algo, y mientras lo hacía dejaba ver un rostro, en el que la dulzura y la picardía coincidían estupendamente. Linda sería la mejor definición
Yo no sé como hice para conocerla, fue difícil, complejo y complicado; muy duro por momentos, y placentero al final.
Ella era(o es) casi inaccesible, escueta de palabras, tan inteligente como bella y tan bella como siempre.
Creo que sería mentir el decir que realmente trate de hacer algo al respecto, yo sé que no
Creo que no mentiría al decir que el fruto de mi inacción fue mitad falta de sesos y mitad inseguridad.
Y ahora que tu corazón tiene dueño no quiero verte ni la sombra, ni saber nada de ti. Estoy contento con saber que eres feliz.
Y ahora que tu corazón tiene dueño, se me hace difícil respirar; prefiero pensar que es inquilino y que pronto se irá.
Sólo queda experimentar el epidérmico frenesí de una noche enajenada en cada fin de semana, solo buscando resbalarme por el húmedo tobogán de una boca anónima, pensando que eres tú.
Solo queda arrepentirme de las cosas que nunca dije y las que dije de más. Arrepentirme de ese beso furtivo que siempre soñé y que nunca te di. Arrepentirme de no haber aprendido que en el intrincado mundo del amor una duda siempre valdrá más que una razón.