jueves, 18 de septiembre de 2008

La Selección, el equipo de todos.

El fútbol es sin duda alguna, el deporte que desata más pasiones en nuestro país.
Si. A pesar de no haber clasificado a un mundial en los últimos 25 años y de que nuestros equipos no pasen de las primeras rondas en las competiciones internacionales. Nosotros, los peruanos, seguimos alimentando ese sentimiento que muchas veces nos mata y otras pocas nos revive como el último partido con Argentina.

Las posibilidades de clasificar a Sudáfrica 2010 eran tan o más difíciles que encontrar a un congresista con decencia. Y las perspectivas a futuro no eran nada esperanzadoras. El Estadio Monumental se abarrotó de gente. Las entradas se agotaron 2 días antes del partido, y la reventa estaba por las nubes. En el estadio los carteles no alentaban a la selección, sino más bien sugerían enérgicamente y sin ahorrarse insultos la salida de los directivos corruptos que están enquistados desde siempre en nuestro país.

La verdad es que el estadio no rebalsaba tanto por el afán de alentar a nuestro equipo, sino más bien por ganarse con la llegada de muchas súper estrellas de las ligas más importantes del planeta. Nombres como Messi, Agüero y Riquelme despertaban las más agazapadas admiraciones, incluso de las personas que decían no gustar tanto del fútbol. Ni que decir de las chicas.

El pitazo inicial anunciaba el comienzo del partido, a primera impresión era un partido desbalanceado, Un gran equipo, con gran historia y con grandes lauros como Argentina, se enfrentaba a Perú, un combinado mutilado de sus mejores “cartas de gol” y venido a menos con los últimos escandaletes que todos conocemos.

Sin embargo el transcurrir del partido se hacia difícil de entender, de alguna forma este equipo limitado y escaso de estrellas, había logrado mediante una lucha constante y alta concentración, mantener la igualdad.
Messi y Agüero en sus geniales arranques de individualidad eran controlados con el rigor táctico que Rainer Torres y De la Haza hicieron prevalecer. Juan Vargas, quizá nuestro jugador más famoso, por su banda izquierda se enfrascaba en un duelo con el mismísimo Javier Zanetti. Los pases perfectos de Riquelme dejaron de ser una amenaza gracias a las inteligentes anticipaciones del casi novato Zambrano. Y la defensa argentina no veía nada fácil su salida desde el fondo con las marcaciones adelantadas de Fano y Chávez.
Así con el aire contenido y haciendo fuerza en el puño el arbitro anunciaba el final del primer tiempo.

Después de mucho tiempo se veía a un equipo con tal entrega y concentración, luchando metro a metro cualquier pelota dividida. Los comentaristas deportivos haciendo alarde de su sabiduría se enfrascaban en ligeras discusiones sobre la actitud que debía tomar el equipo para el segundo tiempo.

Yo andaba terminando de ordenar unas cosas para cuando me avisaron que el segundo tiempo ya había comenzado. Iban 10 minutos y Perú jugaba como nunca. Nombres como Fano, Chavez, Alva y Rengifo antes opacados por jugadores con aficiones hípicas y sexuales, se mataban en la cancha y se jugaban la vida en cada pelota. No faltó algún momento caliente, como cuando Zanetti trato de bajarse a Fano y este enseguida se paro e hizo respetar la casa. O cuando Demichelis amedrentaba a Zambrano en los duelos de pelota parada.

Era difícil de concebir como habíamos estado prescindiendo de ellos, cuando siempre los necesitábamos.
Mención aparte merece Norberto Solano que pese a su edad y alguna recrudecida lesión, aporto con clase y maestría la cuota de talento e ideas que hacían que Perú, por momentos, arrinconara al equipo argentino. Pasaban los minutos y jugada tras jugada el equipo peruano nos regalaba ilusión. EL Loco Vargas con la actitud que le caracteriza nos daba una que otra preocupación. El gol peruano estaba cerca.

De pronto la noche se nos vino. El pastel de chocolate que comía mientras miraba el partido se hizo mas amargo que nunca. Argentina había aprovechado la única desconcentración que tuvo Perú en todo el partido para hacernos un gol “cagón” como diría cualquier persona entendida del fútbol pichanguero. Esa ilusión que nos había regalado Perú en esos más de 80 minutos se había esfumado, se había hecho aire.

Resignado decidí ver lo que quedaba del partido. Aunque era de suponer el final, normalmente cuando a Perú le hacen un gol al final del partido, se va al diablo. O le hacen 3 más o el rival se apiada de nosotros y el marcador queda con la diferencia de 1.
Mientras veía los últimos minutos no dejaba de pensar en la mala suerte que teníamos. Habíamos jugado bien (la de siempre).Se jugaba el minuto final. El resultado era realmente injusto. Argentina no había hecho nada para merecer ganar ese partido, y como algún periodista deportivo dijo en ese instante, “con merecimientos no se ganan los partidos”.

Sin embargo el semblante de los jugadores no había decaído, se mantenían concentrados y alertas, jugando como si nunca les hubieran hecho el gol. Messi se proyectaba por nuestra banda izquierda y Juan Vargas lo correteaba, Juan Vargas le quita la pelota, Juan Vargas manda un pase adelante que Rengifo devuelve a modo de pared retardada, Juan Vargas emprende un pique hacia el campo argentino, Juan Vargas aguanta la presión de Bataglia, Juan Vargas se saca Bataglia, Juan Vargas sigue corriendo, Juan Vargas mira al área chica, esta Fano , Juan Vargas lanza el pase. Fano hace lo que sabe.

Ese día Perú empato con Argentina 1-1. Todos dicen que Perú mereció ganar, pero repito la frase del periodista “con merecimientos no se ganan los partidos”
La verdad es que yo también creo que Perú mereció ganar, pero aquel día con ese gol que gritamos todos, me hice mas peruano. Y es que no se si esta selección va ir o no al mundial, lo único que se, es que a esta selección, mi selección, la voy a ver hasta el final.
´



ESTE ES EL VIDEO DE LA NARRACIÓN DEL GOL HECHO POR DANIEL PEREDO EMOTIVA LA VERDAD


3 comentarios:

luis dijo...

asi es ps cholo ... el futbol da sorpresas

personalmente no soy hincha de ningun equipo ... mucho menos soy afanoso de ver partidos de futbol ...
ese dia via los ultimos quince minutos del partido ... porque baje a cenar y la tele estaba prendida ...

me llego que argentina hiciera el gol ... porque soy peruano y me llega ver caer a los peruanos ...
pota pero como es la vida ... mi viejita dice: ahorita los empatamos ... como buena hincha ... ya me iba a regresar a mi cuarto porque suponia el final ... una derrota más ... y mañana en los periodicos ... la clasica ... Pe´ru jugo como nunca , perdio como siempre, y mi vieja me dice quedate para q veas el gol del empate ... aposte lavar los platos ... jajaja y ya ps los tuve q lavar todos .... pero con gusto de ver ganar a la seleccion

Que sabias son las personas mayores me decia entre mi; y le pregunte a mi vieja como sabia q iban a empatar, entonces me dice: estos chiquillos se tenian q esmerar, porque en el fondo quieren llegar lejos ... mas aun para darle una bofetada a los despotas q no creian en jugadores como fano xq no juega en alguna liga importante de europa, y me dice ademas ... xq crees q cienciano llego a ser campion de la sudamericana ... x su afan de demostrarle a la gente peruana que con ganas de hacer las cosas bien se llega lejos

asi es ps cholo ... tal vez muchos diran q un empate ... es como una derrota xq jugamos de locales

pero lo cierto es q peor hubiese sido perder ... ademas por algo se empieza

mientras exista la esperanza ... habra el deseo de mantenernos vivos, aguardando que ese dia llegue

Anónimo dijo...

ERES BUENO, ME GUSTAN TUS FRASES JUSTAS Y TOTALES, PERO MEJOR ERES EN UNA MESA DE DIBUJO :)

ARQUITECTURA + CULTURA dijo...

Fue único si recuerdo un gran partido como muchos que tiene nuestra selección y la narración no me percate de eso cuando observe el video te emociona y a la vez te hace sentir impotente al ver la realidad en que se encuentra nuestro futbol. Y reconocer el gran esfuerzo de Vargas; me hizo recordar el partido Perú - Uruguay en las eliminatorias para Francia 98 pero nada comparado con la narración de este gol es única bueno Sebas estamos hablando cuidece y un abrazo desde el norte de nuestro querido PERÚ.